EL PLAN DIOS EN LA FAMILIA

 



La Iglesia siempre ha enseñado que la familia cristiana es una comunidad creyente y          evangelizadora, que testimonia la presencia salvadora de Cristo en el mundo a través de la unidad y fidelidad de los esposos, y la conservación y transmisión de la fe a los hijos.


Los padres son los principales educadores en la oración. Deben enseñar a sus hijos a orar y a tratar a Dios en ocasiones ordinarias de la vida: al acostarse y al levantarse; antes y después de las comidas; a dar gracias por los beneficios; en la asistencia a la Misa dominical; a celebrar los misterios cristianos: Navidad, Semana Santa, etc.; la celebración de las fiestas de Jesucristo, de la Virgen y de algunos Santos; a orar por las necesidades espirituales y materiales de los demás; etc. La principal educación para la oración será siempre el testimonio de los padres.

Los padres son los primeros iniciadores de la fe en sus hijos. Deben enseñarlos a rezar y comenzar a explicarles las principales verdades contenidas en el Catecismo. La parroquia o la escuela perfeccionará más tarde esa enseñanza. Lo que los padres enseñan en la infancia, tiene una gran importancia para la vida futura de los hijos.




Los padres deben dar ejemplo con naturalidad de cómo vivir la vida y las tradiciones cristianas. Los hijos deben saber que sus padres tratan a Dios todos los días, que procuran recibir los sacramentos con frecuencia y asistir a la Santa Misa los domingos y otras fiestas. Que veneran al Papa y a la jerarquía de la Iglesia. También evangelizarán con su ejemplo y su palabra, transmitiendo los valores humanos y cristianos: el amor al trabajo, el sentido de responsabilidad, el respeto a los mayores y al buen nombre de los demás; el amor a la verdad, la sinceridad, la vida sencilla, austera y limpia; el saber compartir con los demás los bienes que tenemos, el ser agradecidos con Dios por todo, etc.: porque todas esas virtudes las vivió Jesucristo.






No olvidemos que en la familia siempre debemos orar para permanecer unidos a ejemplo de la sagrada familia de Nazareth.

Oración a la Sagrada Familia

Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.

Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.

Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.

Santa Familia de Nazaret,
haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.

Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.

Amén.






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